A bordo del nuevo B787 “Tahitian Dreamliner” de la compañía Air Tahiti Nui, aterrizamos en Polinesia Francesa. La introducción de este nuevo avión marca la renovación de las clases Poerava Business y Moana Economy, además de la creación de la nueva Moana Premium Economy donde, a través de las ventanillas más grandes jamás integradas en un avión de pasajeros, podemos disfrutar de la llegada a este destino de ensueño que se alza en el corazón del océano Pacífico, entre volcanes y arrecifes de coral, profundos bosques y mares azul cielo. Fina arena que se desliza entre nuestros dedos, aguas transparentes y rebosantes de vida al alcance de nuestros ojos, olor a Tiare que invade nuestros sentidos… ¡Bienvenidos al paraíso en la tierra!
Valle del Papeno´o
Cuando pensamos en Tahití, lo primero que nos viene a la mente son kilométricas playas de arena blanca rodeadas por inmensas lagunas de aguas turquesas. Sin embargo, descubrimos que esta isla tiene muchos más escenarios que ofrecernos. Si nos adentramos en el corazón de la isla encontraremos el espectacular Valle del Papeno’o, con frondosos bosques tropicales, en los que el paisaje cambia radicalmente. Un escenario que despertará nuestro lado más aventurero y es que, si remontamos el río Papeno’o en 4×4, llegaremos a las mil cascadas escondidas entre los árboles, una brillante y espumeante imagen que no todo el mundo tiene el valor y la suerte de ver.
Buceo en Rangiroa
Situado en el archipiélago Tuamotu, delimitado por 418 islas, encontramos el atolón de Rangiroa; un reflejo del cielo en el mar, y es que Rangiroa significa “cielo inmenso” en Paumotu. Es el segundo arrecife coralino más grande del mundo, que emerge como una obra maestra de la naturaleza desde el mar y que alberga en su interior una inmensa laguna de 79 km2. Dos mares lo acotan y delimitan, el Moana-tea (océano apacible) que representa la inmensa laguna y el Moana-uri (océano salvaje) que hace referencia a las aguas del mar que albergan todo tipo de fauna marina como tiburones, ballenas, mantas raya o delfines, y que hará las delicias de todo intrépido submarinista. Sin necesidad de ser un experto, este paraíso del buceo ofrecerá un espectáculo de vida a todo aquel espectador que decida sumergirse en sus aguas cristalinas.
Aprender a hacer acrobacias en un avión
Sobrevolamos el paraíso, para sentirnos como un pájaro admirando un escenario que pocas personas se atreven a ver a más de 2500 pies de altura, esa sensación de adrenalina que nos hace despertar y sentirnos vivos… Una experiencia que nos permitirá surcar el cielo haciendo todo tipo de acrobacias como barrenas, virajes, vueltas y aceleraciones negativas, mientras disfrutamos de unas vistas increíbles de los volcanes de Tahití y Moorea y sus interminables costas. Emociones fuertes para los más valientes, para todos aquellos que no nos conformamos y queremos explorar el mundo desde horizontes nuevos.