Polinesia Francesa

Este destino paradisíaco es ideal durante todo el año y la elección del mejor momento para visitarlo dependerá de las actividades y experiencias que desees disfrutar. Si prefieres un clima suave y cielos despejados, la temporada de mayo a octubre es ideal para ti. Durante estos meses, las temperaturas son agradables, el mar está increíblemente cristalino, perfecto para hacer snorkel, buceo o simplemente relajarte en la playa. Es el momento perfecto para disfrutar de las actividades al aire libre y explorar las islas en todo su esplendor. 

Por otro lado, entre noviembre y abril, aunque las temperaturas suben ligeramente, los paisajes de las islas cobran vida con una vegetación aún más exuberante. Este periodo es ideal para una experiencia más tranquila, con menos afluencia de visitantes, lo que te permitirá disfrutar de la Polinesia de una manera más íntima y relajada. 

En un viaje a la Polinesia Francesa encontrarás alojamientos diseñados para cada tipo de viajero, siempre con lujo y confort como prioridad. Para las familias, las villas privadas son la opción perfecta, ya que ofrecen privacidad, intimidad y comodidad. Estas villas están ubicadas en entornos exclusivos, proporcionando un espacio seguro y tranquilo para disfrutar de la estancia con los seres queridos, con todas las comodidades necesarias.

Para los viajes de novios o viajes en pareja, los alojamientos más recomendados son aquellos que destacan por su exclusividad y romanticismo. Hoteles como The Brando en Tetiaroa o el InterContinental Bora Bora son ideales, con suites que cuentan con piscinas privadas, vistas al mar y servicios personalizados, perfectos para una escapada romántica. Por otro lado, , un viaje en barco privado o yate es la mejor opción, permitiendo explorar varias islas mientras se disfruta de la aventura, la privacidad y la diversión en compañía. 

Existen innumerables actividades exclusivas para disfrutar en este paraíso tropical, cada una diseñada para ofrecerte una experiencia única. Desde un emocionante paseo en helicóptero sobre el imponente Monte Otemanu en Bora Bora, hasta la oportunidad de bucear con mantarrayas y tiburones en las aguas cristalinas de Rangiroa, las opciones son tan diversas como fascinantes. Para quienes buscan una conexión más profunda con la cultura local, una ceremonia privada en un marae – un antiguo templo sagrado – te permitirá adentrarte en las tradiciones polinesias. Y si lo que deseas es relajarte, un masaje en una playa secreta, rodeado por la tranquilidad del océano, será el toque perfecto de serenidad. 

Para disfrutar plenamente de la experiencia de viaje a Polinesia, te recomendamos planificar una estancia de al menos 10 días, lo que te permitirá explorar diversas islas y descubrir su singularidad. Tahití, Bora Bora, Moorea, así como las Islas Marquesas o el archipiélago de Tuamotu, ofrecen cada una su propio encanto. Desde paisajes exuberantes y lagunas cristalinas hasta inmersiones culturales y aventuras acuáticas, cada isla tiene algo único que ofrecer. 

Un viaje de novios a la Polinesia Francesa es sinónimo de romance y exclusividad. Imagina cenas íntimas al atardecer en playas de arena blanca, cruceros privados al amanecer mientras el sol tiñe de dorado el mar, o tratamientos de spa en medio de un entorno paradisíaco. Alójate en los icónicos bungalows sobre el agua de Bora Bora, con acceso directo al mar turquesa y vistas que te dejarán sin aliento. Cada detalle está pensado para crear momentos únicos y a medida, asegurando que tu viaje de novios sea una experiencia tan íntima como inolvidable.

La mejor forma de moverse entre las islas es en avión, con vuelos regulares que conectan Tahití con Bora Bora, Moorea y otras islas. También existe la posibilidad de organizar traslados en helicóptero o en yates privados para una experiencia más exclusiva.