Como apasionado de los viajes, lo primero que me sedujo del Ártico Noruego fue la posibilidad de conocer un paisaje tan inexplorado como singular.
Compuesto de innumerables fiordos y lagos, pequeñas islas, escarpadas montañas y bonitos pueblos pesqueros repletos de tradicionales cabañas escandinavas, se trata de un verdadero paraíso invernal. Además, la oportunidad de contemplar las impresionantes auroras boreales y de pasar unos días “viviendo” encima del Círculo Polar Ártico hacen de este destino una experiencia incomparable.
Por otro lado, como amante del esquí, poder alcanzar la cima de varias montañas para contemplar esos paisajes que te dejan sin aliento y después descender esquiando hasta orillas del mar, fue una sensación inolvidable.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir Islas Lofoten como destino de esquí?
Aunque hay alguna pequeña estación de esquí, Islas Lofoten es un paraíso para la práctica del esquí de montaña. Esto implica alcanzar las cimas nosotros mismos y, por lo tanto, una buena condición física.
Sin embargo, contemplar los fiordos desde las alturas, esquiar hasta el mar y tener la posibilidad de esquiar en múltiples montañas y valles, merecen totalmente el esfuerzo.
¿Cuántos días se recomiendan para esquiar en las Islas Lofoten?
Llegar hasta Islas Lofoten implica, en el mejor de los casos, una escala en Oslo, seguida de un vuelo a Svolvaer y, finalmente, un viaje por carretera; por lo que para que el viaje merezca la pena y podamos disfrutar de todo lo que ofrece el destino, recomendaría pasar allí al menos cuatro o cinco días.
Experiencia top en las Islas Lofoten
La sensación tan especial de estar viviendo una experiencia de esquí puro en un lugar remoto se ve multiplicada cuando, a bordo de un barco, navegamos desde Svolvaer hasta el fiordo del Troll para pasar un intenso día de esquí en un paraje incomparable.
Al terminar, navegamos de vuelta a casa mientras recuperábamos fuerzas degustando una tradicional sopa de pescado noruego a bordo del barco.
Surf en el Ártico Noruego
Aunque no lo teníamos previsto, nos enteramos de que el pueblo costero de Unstad ofrece la posibilidad de ¡practicar surf! Se trata de una ola apta para todo tipo de niveles y en el pueblo hay tanto escuela de surf como tiendas de alquiler de tablas y los más que necesarios trajes de neopreno.
Tener la oportunidad de quitarte las botas de esquiar para enfundarte un traje de neopreno y meterte en el mar después de haber esquiado ese mismo día, es algo que no existe en cualquier lugar del mundo. Sin duda fue una experiencia muy especial.
Los paisajes del Ártico Noruego son mucho más impresionantes de lo que me podría haber imaginado. La forma en la que las montañas, cabañas y pueblos se reflejan en el agua del mar y de los lagos es una maravilla, y hacen que sea un destino muy recomendable también para amantes de la fotografía.