La antigua y gloriosa Siam renace para alzarse como uno de los países más vibrantes y únicos de Asia.
Como un incienso que crepita en los puestos callejeros de la imperturbable Bangkok y se desvanece en la corriente de las aguas que todo lo llenan, Tailandia se presenta al viajero en sus ciudades que nunca duermen, y brilla en las cúpulas doradas de sus templos en sus atardeceres de color azafrán.
Un destino romántico, exótico e inolvidable en el que emprender el primer viaje de vuestra nueva vida.
Dormir en una burbuja bajo las estrellas
Tras un espectacular atardecer, y al cernirse el estrellado manto nocturno sobre nosotros, nos dispondremos a disfrutar de una noche única en una lujosa burbuja en mitad de la selva.
Desde allí observaremos a los majestuosos elefantes tailandeses en su hábitat natural, y la inolvidable postal que nos ofrecerá el cielo, sin un techo tras el que ocultarse.
El lado más espiritual de Tailandia
Este fantástico país nos ofrecerá la oportunidad de vivir una inmersión profunda y cultural, en la que, guiados por un monje, practicaremos la meditación consciente y aprenderemos sobre las creencias de esta disciplina en el corazón de un templo budista.
Aquí descubriremos que la paz y la armonía se hallan dentro de cada uno de nosotros…
Clase magistral de cocina
De la mano de un reconocido chef, exploraremos los maravillosos y bulliciosos mercados de la zona, en busca de los mejores productos locales, que se convertirán en los ingredientes que más tarde utilizaremos en la elaboración de nuestros platos.
¿Preparados para experimentar una verdadera conexión universal a través de la comida?
Sobrevolar Bangkok
Ascenderemos hasta el cielo para sobrevolar la, también conocida como, “Ciudad de los Ángeles”, en un vuelo privado, en el que podremos admirar a vista de pájaro los templos de Wat Phra Kaew, Wat Arun y Wat Pho, el icónico río Chao Phraya, la isla Bang Krachao o el puente Bhumibol, con el espectacular color rojizo del atardecer como telón de fondo.
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