En la vastedad del Pacífico Sur se extiende la Polinesia Francesa, un archipiélago donde el tiempo y el mar fluyen al compás de una antigua melodía de islas susurrantes y lagunas que cuentan historias de exploradores y soñadores. De Bora Bora a Tetiaroa, el sol besa el mar cada mañana del año y cada brisa lleva consigo el calor de un eterno verano. Aquí, en la intersección de la naturaleza inalterada y el lujo discreto, cada paso revela tanto el esplendor visible como el invisible, invitándonos a vivir una odisea que es a la vez una búsqueda y un descubrimiento.
Aquí, en este rincón aparentemente olvidado del mundo, proponemos un viaje como ningún otro, diseñado para el viajero que no solo busca escapar, sino descubrir; para aquel que anhela no solo ver, sino transformarse. Este viaje a Polinesia Francesa es una invitación a descubrir un misterio, a desvelar una ruta que muchos creen conocer, pero pocos han experimentado verdaderamente.
A todos aquellos que este llamado resuene en su espíritu aventurero, les decimos: ‘Ia Ora Na!’
Bora Bora: Un Espectáculo de Belleza Natural y Lujo Refinado
El viaje perfecto comienza en Bora Bora, la perla centelleante del Pacífico, la joya de la Polinesia Francesa. En esta isla encontramos un destino que personifica el romance y la exclusividad. Aquí, cada momento es un regalo de Mana (ese poderoso espíritu que solo puede ser plenamente apreciado cuando se abraza con todo el corazón).
Bora Bora seduce desde el primer momento con su laguna de tonos azules y verdes intensos y sus motus (islotes) de arena blanca que la rodean como guardianes de un tesoro. Aquí, el lujo se encuentra con la aventura en cada rincón, ofreciendo desde relajantes días de spa hasta emocionantes excursiones submarinas.
¿Dónde alojarse en Bora Bora?
El Intercontinental Thalasso Bora Bora se alza como un pilar de lujo sostenible. Allí, suspendidas sobre el azul infinito, las Overwater Teremoana Pool Villas se despliegan con gracia. Desde la terraza, la vista del monte Otemanu es simplemente espectacular, un perfil que corta el cielo y que parece vigilar, antiguo y sereno, a sus visitantes afortunados.
La piscina privada de cada villa, un espejo líquido que refleja el cielo y se funde con el océano, invita a dejarse llevar por la tranquilidad más absoluta. Estos espacios no solo son un regalo para la vista, sino también santuarios de privacidad y confort, diseñados para quien busca escapar del mundo. Imagina la sensación de la ducha al aire libre, donde el agua fresca cae como lluvia bajo un cielo estrellado, envolviendo el cuerpo en una frescura sublime que revive y rejuvenece. Un momento digo de ¡Maita’i roa!, la exaltación del bienestar.
¿Qué hacer en Bora Bora?
El encanto de Bora Bora va mucho más allá de sus impresionantes vistas y lujosos alojamientos. La isla es un verdadero parque acuático, donde las aguas turquesas y cálidas invitan a explorar las profundidades del moana (oceáno).
Equipados con snorkel, podemos sumergirnos entre arrecifes de coral vivos, observando de cerca el baile elegante de las mantarrayas y el colorido iridiscente de los peces tropicales. Para los más aventureros, el buceo ofrece una inmersión aún más profunda en este mundo submarino, mientras que los paseos en jet ski nos aportan la dosis de adrenalina necesaria para el día.
En el Intercontinental Thalasso, el Deep Ocean Spa, ubicado estratégicamente para aprovechar las propiedades curativas del océano profundo, ofrece un santuario de relajación. Los tratamientos aquí nutren el cuerpo y deleitan los sentidos, llevándonos a una relajación completa mientras observamos el dinámico ecosistema marino a través de suelos de cristal.
Tetiaroa: Un Santuario de Sostenibilidad
Hacia el norte de Bora Bora, continuamos el viaje a Tetiaroa, un atolón que respira historia y naturaleza. Santuario para aves, tortugas y todo tipo de especies marinas, Tetiaroa es venerada por los tahitianos que la consideran un lugar sagrado. Tan sagrado que antaño este atolón con playas de arena blanca y cocoteros era el lugar de vacaciones reservado para la realeza tahitiana. No es de extrañar que este fuera el retiro personal de Marlon Brando, quien quedó tan cautivado por su belleza y tranquilidad que decidió preservarlo. Este atolón ahora abre sus puertas a viajeros que buscan una experiencia auténtica y respetuosa con el medio ambiente.
¿Dónde alojarse en Tetiaroa?
Hoy, Tetiaroa es hogar de The Brando, un eco-resort que ejemplifica el concepto de lujo sostenible. Este refugio exclusivo no solo se compromete con la conservación de su idílico entorno natural, sino que también ofrece una experiencia de alojamiento sin igual, en perfecta armonía con el paisaje.
Las villas privadas y la residencia única de The Brando están situadas en el motu de Onetahi, todas diseñadas para integrarse discretamente a unos pasos de la suave arena de la playa. Cada villa, realmente un santuario de privacidad, es un espacio donde la sofisticación se encuentra con la sostenibilidad. Las puertas se despliegan para conectar el interior con el exterior, creando corredores aireados que invitan a los elementos naturales a fluir libremente entre las estancias. La transición entre los espacios es tan sutil que cada habitación parece abrirse a un nuevo mundo privado, ofreciendo un hogar lejos de casa.
Utilizando energía solar y un sistema de aire acondicionado de aguas profundas para sus operaciones diarias y gestionando una innovadora planta de tratamiento de agua, The Brando no solo preserva el ecosistema único de Tetiaroa, sino que también establece un modelo de cómo el lujo puede liderar en la conservación ambiental.
¿Qué hacer en Tetiaroa?
En Tetiaroa, las experiencias se transforman en recuerdos imborrables gracias a la creación de actividades personalizadas que abarcan desde unas pocas horas hasta un día entero. Podemos permanecer dentro del atolón, aventurarnos en las profundidades del Océano Pacífico, o explorar lugares cercanos, con opciones que van desde la observación de ballenas, visitas arqueológicas guiadas por los Guardianes de la sociedad Tetiaroa, hasta expediciones de pesca en alta mar. Aunque explorar la biodiversidad de Tetiaroa a través del Ultimate Tour, es la actividad más completa que podríamos vivir en la isla. Esta experiencia guiada no solo revela la belleza natural del atolón, sino que también ofrece encuentros cercanos con la fauna local y visitas a sitios arqueológicos que narran las historias de sus antiguos habitantes.
Además, para acabar el día por todo lo alto, en Les Mutinés, dirigido por el renombrado chef Jean Imbert, se ofrece una experiencia culinaria que marida ingredientes locales con técnicas culinarias francesas, celebrando así la fusión de culturas y el respeto por los ingredientes autóctonos.
En busca del ‘Oa ‘Oa
Como en un lienzo de Gauguin, cada experiencia es un trazo que refleja la vibrante paleta de la Polinesia y su rica variedad cultural. En este escenario, los colores, aromas y sonidos se funden para crear una obra maestra de vivencias que respetan y realzan la esencia del destino, proporcionando una conexión auténtica y transformadora con este paraíso.
Viajar a la Polinesia Francesa es mucho más que una simple escapada; es una invitación a vivir de manera consciente, disfrutar de la belleza de las islas e interactuar de manera activa en su conservación. Es un recordatorio de que nuestros viajes pueden ser una fuerza positiva, respetando y enriqueciendo los lugares que visitamos, y transformándonos a nosotros mismos en el proceso.
Māuruuru.
