El viaje a Escocia lo tenía marcado en lo más alto de mi "bucket list" desde hace muchos años.
Desde donde alcanzo a recodar, siempre me han atraído la fascinante historia de Escocia, su cultura única y, por supuesto, sus paisajes, cuya belleza y variedad han superado mis expectativas con creces.
El verano, además, me pareció época ideal para realizar el viaje, pues los días son más largos y el clima es más fresco del que podemos encontrar en el sur de Europa.
¿Cómo organizar un viaje a Escocia?
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de planificar un viaje a Escocia, por supuesto, es el clima, para lo que además hay que ir bien preparado. Algo que me sorprendió es que en tan solo media hora se puede pasar de estar disfrutando del sol en manga corta a necesitar un abrigo y un paraguas.
Por otro lado, creo que Escocia ofrece posibilidades muy variadas en cuanto al recorrido a realizar y para conocer bien sus diferentes paisajes y volver a casa cargado de experiencias memorables, es importante planear muy bien las diferentes etapas del viaje. Con un itinerario de 7 a 10 días podremos conocer ciudades mágicas como Edimburgo, explorar el paisaje de lagos como Loch Lomond y hacer una inmersión total en la naturaleza en las Highlands.
Las mejores experiencias en Escocia
Una experiencia que recomendaría a todo el mundo que viaje a Loch Lomond, es conocer los paisajes de la zona por tierra y por agua. Nuestro día comenzó con una actividad off-road en Land Rover a través de llanuras y bosques hasta llegar a la cima del monte, que ofrece vistas panorámicas al Lago Lomond y al Lago Long.
Posteriormente, nuestros guías nos llevaron, de nuevo atravesando paisajes incomparables, hasta una ubicación secreta con todas las comodidades, donde realizamos una cata de whisky escocés junto a un experto. Finalmente, tras almorzar en el pub local, exploramos el lago y sus islas desde el agua navegando en una lancha rápida. Y, para culminar este fantástico día, los más atrevidos tuvieron la oportunidad de contemplar el paisaje desde el aire a bordo de un hidroavión.
También recomiendo una estancia en el hotel The Gleneagles, pues ofrece multitud de actividades para toda la familia, en un entorno privilegiado. Aquí, podremos aprender a pescar salmones en los ríos de la finca, pasar un rato agradable conociendo a las singulares vacas de los Highlands, realizar rutas a pie, a lomos de un caballo o en bicicleta, jugar al golf en el campo donde se disputó la Ryder Cup de 2014 o disfrutar del único restaurante con dos Estrellas Michelín de Escocia.
Durante este viaje a Escocia, lo que más me sorprendió fue la ciudad de Edimburgo, pues la encontré mucho más bonita incluso de lo que me imaginaba. Es muy accesible para recorrer a pie y después de conocer los enclaves históricos más importantes de la Ciudad Vieja, es muy agradable perderse caminando por las calles de la Ciudad Nueva hasta llegar a Dean Village.
Además, a pesar de que sabía que la naturaleza de Escocia deja sin aliento a todo aquel viajero que se adentra en ella, nunca pensé que vería tanta variedad de árboles centenarios de todo tipo y plantas de colores tan diferentes.