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Entre majestuosas montañas y valles cubiertos de nieve, el Tirol austriaco se alza como el lugar donde nació el esquí alpino.
Con sus paisajes de postal, pueblos pintorescos y cumbres imponentes, el Tirol ofrece a los amantes de la nieve mucho más que kilómetros de pistas; es tradición, cultura, deporte y exclusividad en un mismo destino.
Desde descensos legendarios hasta experiencias gourmet o paseos entre historia y arquitectura, el Tirol combina lo mejor del invierno europeo para quienes buscan un viaje invernal sin concesiones.
Innsbruck: cultura y nieve en equilibrio
La capital del Tirol demuestra que es posible esquiar y adentrarse en la historia en un mismo viaje.
Rodeada de estaciones, Innsbruck ofrece descensos espectaculares a pocos minutos del casco antiguo, donde palacios barrocos y edificios imperiales conviven con obras vanguardistas como el funicular de Nordkette, diseñado por Zaha Hadid.
Más allá del esquí, experiencias únicas como la visita privada al Swarovski Manufaktur permiten descubrir la alquimia entre tradición artesanal y tecnología moderna. Y al caer la tarde, la calle Maria-Theresien-Straße invita a disfrutar del après ski más cultural, con cafés al aire libre, compras y dulces típicos como el apfelstrudel.
Para una velada memorable, el restaurante Bergisel SKY combina alta cocina con vistas panorámicas sobre los Alpes.
© Snøhettac, Julian Raggl
Kitzbühel: sofisticación alpina
Elegante y vibrante, Kitzbühel es sinónimo de exclusividad. Sus más de 200 kilómetros de pistas con nieve asegurada atraen tanto a familias como a los esquiadores más exigentes, que encuentran aquí la combinación perfecta entre deporte y lifestyle.
La legendaria carrera de Hahnenkamm convierte cada temporada en un acontecimiento mundial, mientras que las boutiques del centro histórico refuerzan su aura de sofisticación. Fuera de las pistas, las raíces mineras de la ciudad se reflejan en su arquitectura tradicional y en las calles que evocan un museo al aire libre.
Para culminar la jornada, nada mejor que una cena en el restaurante Berggericht, distinguido con una estrella Michelin, donde los sabores alpinos se transforman en arte culinario.
St. Anton: la cuna del esquí alpino
Hablar de St. Anton es hablar de historia viva del esquí. Considerada la cuna de este deporte, forma parte del dominio esquiable de Arlberg, el más grande de Austria y quinto del mundo.
Sus modernas infraestructuras y su ambiente internacional atraen a apasionados de la nieve de todos los niveles, mientras que sus paisajes garantizan descensos espectaculares.
Aquí se encuentra además una de las experiencias más exclusivas de los Alpes, el heliesquí en Lech Zürs, el único de Austria. Volar en helicóptero sobre cumbres nevadas y descender por valles vírgenes es un privilegio reservado a pocos.
Tras la acción, St. Anton despliega su faceta más gourmet en el Alpine Gourmet Stube, un restaurante con estrella Michelin que, con solo seis mesas, convierte cada cena en un ritual íntimo y refinado.
Viaje de esquí a Austria con NUBA
La experiencia en los Alpes austriacos no solo se mide en kilómetros de pistas. Con NUBA, cada detalle está pensado para elevar la aventura.
Tip NUBA: la temporada de esquí se extiende de diciembre a Semana Santa, pero enero es el mes ideal. Con menos afluencia de esquiadores, temperaturas frías y nieve en condiciones óptimas, es el momento perfecto para disfrutar del Tirol en su esencia más pura.
Ski Coaching: un servicio exclusivo de NUBA que transforma las jornadas en la nieve en un aprendizaje personalizado. Ya sea perfeccionando la técnica, adentrándose en el freeride o explorando el esquí de montaña, el Ski Coach convierte cada descenso en una experiencia a medida, optimizando la estancia de principiantes y expertos por igual.
