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Inhóspita e indomable, así es la estrella número 48 de la Unión Americana. Sin embargo, cuando la conoces al estilo NUBA México, la experiencia se convierte en un lujo inesperado que te dejará boquiabierto
Lo primero que viene a la mente cuando piensas en Arizona, seguramente es el desierto. Todos conocemos esos atardeceres de color rojo vibrante que roban las miradas en las fotos, a través de las revistas, la web y los posts en Instagram. Pero Arizona también es aventura, deporte y relajación; es conexión ancestral con la naturaleza y también asfalto que te lleva a través de infinitas autopistas por las ciudades y parques más importantes del estado.
Por ello, te invitamos a un recorrido que en NUBA México hemos construido a través de la estrella número 48 de la Unión Americana, pues creemos que el lujo se encuentra aún en los sitios más inesperados y a través de vivencias que solo pueden adquirirse en sitios muy específicos del mundo. Toma nota y prepara las maletas para la experiencia que te hará cambiar para siempre lo que pensabas del desierto.
Todo comienza de nuestro lado de la frontera –en México– desde donde sale el vuelo que te llevará hasta Phoenix, la ciudad más poblada del estado y en donde pasarás tu primera noche en suelo arizoniano. Tan pronto arribes –y luego de un trayecto de más de tres horas– tendrás toda la tarde libre para poder instalarte, descansar y alistarte para lo que está por venir.
Al día siguiente, las opciones que ofrece Phoenix despiertan muy temprano por la mañana, y ya sea que te decantes por jugar golf en uno de los mejores campos de todo el país o que decidas aventurarte en un paseo en globo que sobrevuela el desierto, estas actividades te necesitan listo y avispado para asegurar tu diversión. Por cierto, más tarde –y depende de la temporada– podrías disfrutar de un partido de básquetbol, béisbol o futbol americano.
El tercer día requiere de un traslado a Sedona, que se ubica a casi 190 kilómetros al norte de Phoenix y que está rodeada por diferentes formaciones rocosas, las cuales han sido talladas por el tiempo, el sol y el viento y que según las creencias ancestrales Yavapai –grupo indígena nativo que hizo de este uno de sus santuarios al aire libre– posee tal magnetismo, que se convierte en un vórtice energético.
Con el apoyo de expertos en la zona, estando en esta parte podrás realizar una excursión por Broken Arrow, un conjunto de senderos y formaciones rocosas de un característico color rojizo, que se vuelven todo un espectáculo ante los ojos de cualquiera, por lo que sin duda es una de las varias estampas que querrás llevarte en tus recuerdos.
Con el cuarto día llega la estrella de Arizona por excelencia. Y es que el Gran Cañón es, definitivamente, la gema más exquisita de una serie de joyas que forman la corona de atractivos turísticos del estado. Ya sea que elijas un recorrido a bordo de un helicóptero o que te transportes por tierra, definitivamente este lugar es tan generoso, que regala vistas impresionantes por doquier, haciendo que las mandíbulas caigan hasta el piso y los ojos se abran grandes ante tan maravillosos paisajes que fueron formados con la paciencia que solo pueden traer millones de años.
El día número cinco de esta ventura te transportará hasta uno de los escenarios que ha sido inmortalizado en diferentes filmes y videoclips. Con todo el poder que es capaz de emanar de la tierra, el Monument Valley se levanta por encima de las llanuras, mostrando con orgullo sus cálidos colores. Es aquí donde la nación Navajo encontró su hogar e hizo su santuario, invocando a sus ancestros y legando lo que hoy todo mundo viene a buscar: magia.
Los últimos dos días serán para entregarse al más profundo y hermoso hedonismo, de manera que un día en el spa, después de haber recorrido los sitios más increíbles de Arizona, será la mejor manera de recargar baterías, antes de regresar al mundo real. Y previo a dejar estas latitudes, una luxury shopping experience no le cae mal a nadie. Así que si la necesitas o, mejor aún, si así lo deseas, este puede ser el broche de oro que clausure un viaje diferente a cualquier otro que hayas tenido anteriormente.
Al volver a casa, en el octavo día, tendrás la certeza de que Arizona puede ser inhóspito. Pero estarás convencido también de que esa es solo una cara de las tantas que este poliedro turístico posee. Así que no te dejes engañar, que en realidad Arizona puede ser todo lo que necesitas y más, siempre y cuando así lo decidas.
